Así llego…
Lo complicado fue que esta mandolina había sido sometida a la gran tensión de sus cuerdas durante unos 25 años (sin tocar), abandonada arriba de una estantería..
Además de tener el mástil bastante torcido, costaba mucho llevar todo en su sitio.
Primero encolé las costillas sueltas que se podía arreglar antes de cerrar el instrumento.
Luego intenté encontrar la manera más eficiente (pero no presentable) de llevar a su sitio la parte de la unión con el mástil a la vez de alinear las costillas
Al quitar las vendas del pacientes, quitarle los sobrantes de cola y una poco de lija, teniamos esto
A continuación, pusé un poco de color en las partes a donde tuve que lijar y protegí el instrumento para darle una capa de barniz trasparente en la caja
Después de pulir y montar: